martes, 24 de marzo de 2009

Sobre animales y sus amos

Hace unas semanas, Warren Mccaig, el único pastor que conozco que le gusta tanto leer filosofía como jugar Rockband en su Xbox, demostró su amor por su perro "Jerry" al revivirlo dándole respiración boca a boca (o boca a nariz). Al parecer el animal (Jerry), habia sido envenenado.

Días despues, en una de las míticas lluvias que nos esta acostumbrando el calentamiento global en tierras grigotanas, Alvaro (alias Caraseca), consideraba seriamente hacer lo mismo con la reproductora de la granja de cerdos del Hogar Nacer, que está a su cargo. Al parecer Caraseca no dudo en arrojarse al atajao de los patos para cargar los más de 100 kilos del moribundo animal. La cerda murio ahogada luego de escaparse del corral. A diferencia del primer caso, fue el miedo a la reprienda y no el amor lo que movio tan heroico accionar.

El viernes pasado me alegre de ver a Jerry en buena forma. A la cerda nos la comimos hace dos semanas.



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