jueves, 23 de abril de 2009

El silencio como complicidad

Ser consecuente es, de las virtudes, una de las más dificil de alcanzar.

C
uando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista


Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.


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