miércoles, 1 de julio de 2009

Con los ojos abiertos


Los ojos de un niño me hicieron meditar acerca del cambio en la manera de contemplar al mundo mientras crecemos. Revisando cronológicamente mis fotos, descubrí que tendemos a bajar la persiana de nuestra mirada al hacernos mayores. Me pregunto entonces:

¿Ya no miramos al mundo sin pestañear porque cada vez son menos las cosas que nos sorprenden en esta vida?, ¿Estamos evitando ver la muerte y su misterio ineludible aproximándose?, ¿Lo que hemos visto nos asusta y preferimos poner un filtro entre nosotros y el exterior? Al encontrarlos más interesantes, ¿Escogemos descubrir los mundos internos desdeñando poco a poco lo externo?, o en realidad, ¿Somos cada vez más cobardes para enfrentar la vida con los ojos plenamente abiertos?



4 comentarios:

  1. Creo que el problema es que dejamos de sorprendernos con el mundo porque pensamos que ya lo hemos visto todo y nos concentramos en nuestro propio mundo:la rutina, donde cada rincón es conocido, y no necesitamos abrir los ojos para vivir todos los días. Triste, no?

    ResponderEliminar
  2. Vania B: Tal vez lo conocido es solo una mentira que nos contamos todos los días para sentirnos más seguros.

    ResponderEliminar
  3. Interesantes reflexiones. Nos hemos acostumbrado a los cambios vertiginosos y espectaculares de la tecnología y la ciencia que nada nos asombra. Decía Eco llamó al siglo XX el siglo del infarto ¿cómo llamaremos al xxi? ¿Cuándo se desacelerará la vida que llevamos?

    ResponderEliminar
  4. Escuer: El siglo XX nos hizo creer omnipotentes. Espero que en el presente siglo bajemos de nuestro pedestal deico un escalón al menos.

    ResponderEliminar